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ToggleBarrera para fauna
La barrera que suponen las carreteras para los desplazamientos de la fauna silvestre, y en general, el fenómeno conocido como fragmentación de hábitats, se ha revelado como un problema que no solo afecta a la seguridad vial del usuario de la carretera sino también a la conservación de la diversidad biológica del entorno afectado.
Es por lo que se busca un marco de adecuación que respete tanto a la fauna y que incremente la seguridad del usuario. Para ello, en este blog, se analizarán con perspectiva temporal de casi dos décadas, las diferentes medidas recogidas en el documento normativo “Prescripciones Técnicas para el Diseño de Pasos de Fauna y Vallados Perimetrales” editado en 2006 por el Ministerio de Medio Ambiente en España.
Efectos ecológicos
Los efectos ecológicos de las vías de transporte sobre la fauna pueden agruparse en cinco categorías:
- Pérdida de hábitat. Consiste en la pérdida directa de superficies de los hábitats afectados por la construcción de la carretera y sus zonas de protección.
- Efecto barrera. Este efecto se basa en la dificultad que tienen los animales para cruzar la superficie de la carretera, ya sea debido a la existencia de obstáculos que impiden físicamente el cruce (por ejemplo, vallados perimetrales en vías de alta capacidad), o bien a consecuencia del rechazo que genera en muchos animales el cruce de una superficie asfaltada, sin refugios y altamente perturbada por el paso de vehículos, ruido, contaminación, etc.
- Mortalidad por atropello, colisión con vehículos u otras causas. Uno de los efectos más notorios que generan las vías de transportes es la muerte de animales que la intentan cruzar y perecen debido a la colisión con los vehículos o a que son atropellados por estos. Las colisiones afectas a gran número de especies, desde aves y murciélagos, hasta grandes mamíferos, y los atropellos generan notables efectos en poblaciones de anfibios o reptiles que intentan cruzar la calzada.
- En las zonas colindantes de la carretera, los suelos presentan altos niveles de contaminantes generados por el tráfico o por la sal que se utiliza en tratamientos preventivos y curativos en vialidad invernal. También los niveles sonoros pueden ser elevados.
- Funciones ecológicas de los márgenes. Los taludes y medianas de las carreteras e incluso las obras de drenaje transversal constituyen un elemento atractivo para muchos animales. En sus márgenes, especialmente si están vegetados, se puede encontrar una gran variedad de especies.
Para todo lo anteriormente expuesto, podríamos definir las siguientes medidas a realizar:
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Medidas preventivas:
Aunque este tipo de medidas pueden ser aplicadas durante todas las fases de vida de la infraestructura, la prevención de los impactos más notables reside, principalmente, en la elección de la alternativa de corredor o trazado adecuado.
También es fundamental prevenir la afección a espacios con alto interés para la conectividad ecológica que, aunque no presenten hábitats particularmente relevantes, puedan ser estratégicos para facilitar los movimientos de fauna entre distintas manchas de hábitat que, sin la presencia de estos corredores de dispersión quedarían aisladas.
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Medidas correctoras:
En este ámbito se incluyen la mayor parte de las medidas para reducir los conflictos de seguridad vial que causan colisiones con grandes mamíferos y minimizar el efecto barrera y la mortalidad de fauna causada por la infraestructura y su uso.
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Medidas compensatorias:
La aplicación de estas medidas, destinadas a compensar los impactos que no se han podido prevenir adecuadamente se aplica a proyectos que tengan un cierto interés público de primer orden o bien no haya otras alternativas que permitan alcanzar los objetivos propuestos.
Una vez presentados los problemas frente a las posibles medidas a adoptar, podríamos como conclusión tomar las siguientes consideraciones basadas en la experiencia de los últimos años en relación a la normativa del Ministerio de Medio Ambiente antes citada:
- Se hace necesario un trabajo interdisciplinar que recabe una información no solamente de accidentalidad sino también de censos de población y movimientos dentro del hábitat desfragmentado. Para ello, se pueden utilizar dispositivos tipo cámaras o collarines en poblaciones de animales más sensibles en aras de evitar su mortandad por atropello.
Adaptación de la fauna
Hay animales que tienen mejores condiciones de adaptación que otros y puede darse el caso, como en España el jabalí, principalmente, que incrementan sus poblaciones en los entornos carreteros y provocan graves problemas de seguridad vial.
- El cerramiento de las carreteras debe ser correctamente revisado “in situ” cada cierto tiempo para evitar su deterioro o rotura por parte de animales; debe, además, verificar su correcta adecuación a la fauna que quiere contener (en muchas ocasiones los proyectos de construcción de carreteras contemplan un vallado que es insuficiente o no corresponde con la fauna del entorno) y debe ser analizado para evitar entradas-salidas de los animales por un defecto de diseño en las obras de drenaje transversal principalmente o bien porque entran por los enlaces.
- El cerramiento no sólo sirve de contención de fauna sino también de guiado hacia zonas de escape que faciliten la permeabilidad transversal de la carretera.
- Las medidas de carácter faunístico tienen que ir acompañadas de medidas de adecuación del tránsito vehicular a la entrada del ámbito fragmentado. Para ello es necesario avisar al conductor de la posible presencia de animales para evitar tanto el accidente como la muerte del animal. Entre otras medidas podemos mencionar las señales y balizas inteligentes que detectan la presencia del animal y avisan al conductor.
- Antes de cualquier tipo de medida o inversión conviene un estudio detallado e incluso prueba en cierto tramo de carretera. Esta prueba evita que la rentabilidad del cerramiento o elemento disuasorio sea baja.
Autor: Ángel Ignacio Gascón García, docente del Máster de Diseño, Construcción y Mantenimiento de Carreteras