Cualquier norma de gestión incluye entre sus requisitos la realización de una auditoría interna periódica, cuya principal misión es investigar y conocer el estado del sistema en el momento en qué se lleva a cabo.
Se trata de un proceso sistemático para obtener información y evaluarla de forma objetiva con el fin de determinar si las actividades realizadas se ajustan a los objetivos definidos por la dirección y a los requisitos establecidos en sus respectivas normas. Para ello, la auditoría interna ha de estar perfectamente planificada, ser conforme con las necesidades estratégicas de la organización, totalmente imparcial y realizada por personas capacitadas que conozcan con gran profundidad el funcionamiento de los procesos y el estilo de gestión de la organización.
Por otro lado, los auditores necesitan conocimientos específicos sobre esta herramienta, una serie de cualidades y habilidades personales que facilitarán la obtención de los datos necesarios adecuados para los intereses del sistema. De ellos depende, en gran medida, la evolución y el éxito de los cometidos de cada actividad.
La auditoría interna no ha de enfocarse en la búsqueda de errores como propósito principal, debe entenderse como un instrumento proactivo, que ayude a progresar y se utilice con la finalidad de facilitar las estrategias correctas. Además, tiene una gran conexión con los procesos de inspección y control pues, durante su realización, se toman muchos datos ya existentes en los registros, que posteriormente se analizan con más independencia y neutralidad.
La auditoría interna, convenientemente preparada se convierte en una herramienta primordial para la dirección, evita interpretaciones parciales por parte los responsables de la gestión en cada área o proceso, previene que se establezcan rutinas perjudiciales para los intereses de la empresa facilitando aspectos de mejora y favorece la protección frente a las partes interesadas.
La dirección de la organización tiene que ser consciente de la gran utilidad de la auditoría y considerarla como uno de los procesos más importantes facilitando su conexión con las planificaciones y objetivos generales, con las estrategias. Los responsables de la empresa han de fomentar la difusión de su utilidad para evitar actitudes de rechazo y animar a la colaboración con los auditores pues, como ya se ha comentado, no se trata de evidenciar los fallos con ánimo de perjudicar. Solo así se conseguirá el máximo rendimiento.
Aquí tenéis algunos enlaces interesantes para que podáis seguir informándoros sobre el tema.
– INCP. Instituto Nacional de Contadores Públicos:
https://www.incp.org.co/importancia-de-la-auditoria-en-los-sistemas-de-gestion/
– Quality Management Systems- Fundamentals and Vocabulary
https://efrcertification.com/Ref/ISO+9000-2005.pdf
Autor: Antonio Tomás González Losa, profesor del Máster en Gestión Integrada de la Calidad, la Seguridad y el Medio Ambiente