La desregulación del mercado aéreo ha contribuido a la consolidación de la competencia entre los aeropuertos por captar clientes. Los profesionales en la planeación de los aeropuertos deben entender las implicaciones de este fenómeno para poder diseñar infraestructura que pueda adaptarse a esta nueva realidad.
Los aeropuertos han sido considerados tradicionalmente como proveedores monopólicos de servicios públicos con poco potencial para desarrollar un mercado aéreo más atractivo. Sin embargo, la liberalización de los mercados aéreos, especialmente en los Estados Unidos y Europa, introdujo una nueva dinámica que aumentó de la complejidad del sector de los aeropuertos. La aparición de la competencia entre los aeropuertos y la transición de la propiedad hacia la privatización o comercialización, requieren una perspectiva diferente en la gestión de la infraestructura aeroportuaria. En este sentido, cobra vital importancia la especialización en el diseño, la construcción y el mantenimiento de los aeropuertos.
Algunos aeropuertos han reconocido la importancia de la formulación de estrategias para operar mercados altamente competitivos. Actualmente, además de cumplir su rol dentro del sistema de transporte aéreo, los aeropuertos están orientados a satisfacer otras necesidades de naturaleza comercial, industrial, de negocios, de servicios y de entretenimiento, en función del tipo de tráfico que atienden.
De este modo, los grandes aeropuertos de pasajeros cuentan con edificios terminales similares, en muchas zonas, a los modernos centros comerciales. Otros aeropuertos se han especializado en el transporte de mercancías por vida aérea y para ello han construido centros de logística para el manejo de las mercancías, almacenes y edificios de oficinas, entre otros. En una proporción menor, es común encontrar zonas industriales en las proximidades o inclusive dentro de los predios del aeropuerto, en la forma de zonas francas o centros industriales. Esta diversificación se justifica en la necesidad del operador del aeropuerto de crear ingresos adicionales a los aeronáuticos (conocidos como ingresos no aeronáuticos) que permitan financiar las cuantiosas inversiones requeridas para desarrollar los aeropuertos.
La educación tradicional en sistemas de transporte aéreo trata los aspectos comerciales y sistémicos de la planificación de aeropuertos como algo secundario y en algunos casos irrelevante. Sin embargo, la relación de cada nueva infraestructura con su entorno y cómo se materialicen los flujos de capitales definirá la viabilidad del aeropuerto en un mercado cada vez más competitivo.
Autor: Juan Pablo Duarte, profesor del Máster en Aeropuertos: Diseño, Construcción y Mantenimiento