El cemento termocrómico es un material más respetuoso con el medio ambiente y que contribuye a la eficiencia energética de las viviendas, mejorando notablemente el aislamiento térmico, y, garantizando de esta forma el confort en su interior durante todas las estaciones del año.
Este material surge gracias a los continuos avances de la nanotecnología, ya que, en esta ocasión un grupo de investigadores del Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja del CSIC ha realizado un estudio para comprobar su utilidad en el alargamiento de la vida útil de las estructuras.
Los nanomateriales están abriendo un mundo de posibilidades al sector de la construcción, puesto que, combinando el cemento con otros elementos como el dióxido de titanio, el dióxido de silicio y los nanotubos de carbono se consigue dotar de nuevas aplicaciones a dicho material constructivo.
Por su parte la doctora en ciencias químicas Ana Guerrero ha conseguido mediante su investigación generar el hormigón autorreparable. Ha logrado este avance utilizando microcápsulas de sílice rellenas de epoxi, que aplicadas en una fisura interna son capaces de reparar el hormigón dañado.
Esta solución es aplicable en fisuras de hasta 150 micrómetros de ancho, pero aún existen investigaciones en marcha que aseguran serán capaces de ser eficaces hasta los 300 micrómetros de ancho.
El cemento termocrómico y el hormigón autorreparable son dos avances de gran valor para el sector de la construcción, con efectos muy positivos sobre todo a largo plazo. Pero se enfrentan a un grave problema, ya que, para tener cabida en dicha industria es necesario comprobar que la inversión otorga los beneficios deseados, puesto que su coste es bastante elevado.
Fuente: enlacearquitectura.com y technologyreview.es
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