Cada día en las noticias vemos como cada vez es más probable que se desate una tercera guerra mundial, algo por lo que deberíamos estar realmente preocupados, dado que esto cambiaría de una forma u otra la vida de todas las personas, pues bien, déjenme decirles que la tercera guerra mundial empezó hace ya bastante tiempo.
Parece increíble esta afirmación, y de seguro tocará muchas fibras sensibles e incluso podría llegar a desatar uno que otro debate que terminen en unas buenas discusiones. Es una frase fuerte y en un mundo donde las redes sociales hacen viral un contenido en cuestión de segundos construyendo y/o destruyendo reputaciones, deberíamos tener cuidado con estas afirmaciones.
Para mí como profesional en seguridad de la información desde hace ya bastante tiempo, es inevitable afirmar que la tercera guerra mundial ya esta ocurriendo. No en el sentido que al termino de la frase anterior el lector se esta imaginando, si bien, afortunadamente, no he vivido una guerra de cerca, Hollywood ha contribuido bastante a formarnos una imagen de lo que han sido las guerras mundiales, y es que lo primero que se nos viene a la mente son, la cantidad de acciones bélicas tan impresionantes que nos muestran, las muertes, la sangre, y para no ser amarillista mejor dejémoslo ahí.
En este mundo de la ciberseguridad, ya es conocido que el ciberespacio es el quinto dominio de la guerra y le son aplicables conceptos propios de la milicia, como ataque, defensa, espionaje, armamento, inteligencia, contrainteligencia, etc. Por tanto, considero desde mi punto de vista como profesional en seguridad, que el ciberespacio ya esta en guerra y que dicha guerra podríamos llamarla la tercera guerra mundial sin dudas, pero tal vez es sólo mi opinión así que tratemos de hacer un pequeño análisis para dimensionar y reflexionar sobre este tema.
No nos compliquemos, hagámoslo fácil, preguntémosle a Wikipedia, qué dice Wikipedia acerca del concepto de guerra mundial, haciendo un par de clics, encontramos que una guerra mundial debe cumplir con algunas ciertas condiciones como las siguientes: Deben participar varias naciones de distintos continentes, debe ser un conflicto bélico a gran escala, tal vez esto no esta muy bien explicado, pensaría que se trata de tener armamento en proporciones industriales así como el desarrollo de combates entre centenares, miles o millones de personas.
Siendo así analicemos nuestro contexto, el dominio de la guerra como ya lo dijimos es el ciberespacio, el cual es un plano virtual, en el ciberespacio se encuentran en mayor o menor proporción casi todas las naciones, allí encontramos atacantes, victimas y defensores, encontramos enfrentamientos entre atacantes y defensores, que pueden ser individuos, grupos, u organizaciones debidamente constituidas, es decir encontramos a unos luchando contra otros, por diferentes motivos utilizando diferentes tácticas, técnicas y procedimientos y ocasionando diferentes tipos de consecuencias, y esto es así casi desde el momento mismo de la creación del ciberespacio.
Estoy seguro de que en este punto alguien estará pensando algo como lo siguiente “¿y las muertes que ocasiona una guerra mundial?”, pues déjenme decirles que en el ciberespacio también mueren personas y esto por duro que suene es real, tan solo por dar un ejemplo, recuerden el famoso juego de la ballena azul.
Y entonces, quien nos protege, ¿quién nos garantiza nuestra seguridad cuando entramos a ciberespacio?, en el mundo físico tenemos ejércitos que protegen a unas naciones de otras, pero y ¿en el ciberespacio? Aquí es donde les hago el llamamiento a los profesionales en seguridad, para eso estamos.
Cada día debería haber más profesionales en seguridad, pero pareciera que cada vez somos menos, es difícil encontrarlos, necesitamos todas las manos posibles, pero más aún, necesitamos personas que piensen y que se apasionen por la seguridad, echen un vistazo al futuro, hay bastante trabajo.
Es verdad que soy un poco paranoico y con un cierto gusto por la controversia por lo que cada quien debe hacer su propia investigación y sacar sus propias conclusiones.
Autor: Miguel Ángel Beltrán Vargas, profesor del Máster en Seguridad de la Información y Continuidad de Negocio (Ciberseguridad)