Índice de contenido
Toggle1. Corrosión del pretensado
Es un fenómeno conocido de las estructuras de hormigón armado, ¿pero la corrosión de armaduras activas, el pretensado o postesado, también se produce?
La respuesta es sí, aunque quizás no sea algo que se ve tan frecuente. Hay varias razones.
¿Y por qué, con tantos puntos a favor de una buena protección, es posible la corrosión de los cables?
- Sistemas
No todos los sistemas son iguales, los pretensados con cables adherentes, muy típicos en las vigas prefabricadas, no cuentan con vainas de protección y su posición suele ser algo más hacia el exterior de la sección. Consecuentemente, estos cables son más vulnerables a la corrosión que los no adherentes dentro de una vaina.
- Vainas
En el caso de vainas que albergan varios cables, no siempre el proceso de inyección de lechada de cemento es óptimo y partes de la vaina se quedan sin la lechada, formando oquedades en el interior de ella.
Si además contamos con la acumulación de humedades en el interior de la vaina, procedente del exterior o como algo residual del material inyectado, tenemos un ambiente favorable para la formación de corrosión.
- Estructuras de hormigón armado
No se ven tantos casos de corrosión como en estructuras de hormigón armado, ya que al estar el pretensado más en el interior de la sección, los daños no se manifiestan tanto en la superficie de la estructura.
Esto no quiere decir que no hay corrosión en el pretensado, meramente sus patologías no están a la vista.
Quizás por eso los casos de corrosión de estructuras pretensadas son más llamativos, porque son más de índole estructural.
– Corrosión bajo tensión
En la corrosión bajo tensión, la velocidad de corrosión es controlada en gran parte por:
- El tamaño de las áreas anódicas y catódicas.
- La distancia entre ellas.
- La disponibilidad de oxígeno.
- La humedad en el cátodo.
- La polaridad de la celda.
- El nivel de tensión.
Los daños se concentran en los propios cables, afectando la corrosión directamente en su resistencia.
La corrosión bajo tensión es mucho más peligrosa, ya que puede producir lo que se llama una “rotura frágil”.
Dependiendo del grado de corrosión, al estar menos visible desde el exterior, sin muestras típicas de fisuras y saltados del recubrimiento, se traduce en una merma repentina de la capacidad portante de la estructura, que en ocasiones pueda terminar en colapso.
Para detectar a tiempo posibles procesos de corrosión y evitar situaciones de peligro en las estructuras pretensadas, hace falta aplicar técnicas de inspección especiales, dado que la inspección tradicional visual no suele aportar la información necesaria.
Podemos pensar:
Autor: Leendert de Haan, docente del Máster en cálculo de estructuras de obra civil