Son muchos los que han reconocido ciertas diferencias en los procesos de recoger datos y transformarlos creativamente, algo de lo que se encargan nuestros hemisferios cerebrales. Los recientes hallazgos sobre el funcionamiento cerebral aportan mucha luz sobre estos procesos. Se habla de un proceso dual.
El cerebro humano, visto desde arriba, tiene el aspecto de una nuez. Como ella, presenta dos formas redondeadas, de superficie convoluta y conectadas por el centro. Cada una de esas dos mitades recibe el nombre de “hemisferio”.
El sistema nervioso humano está conectado al cerebro mediante una conexión cruzada, de tal manera que le hemisferio derecho controla el lado izquierdo del cuerpo y el hemisferio izquierdo controla el lado derecho. El efecto externo más visible de esta asimetría funcional es el predominio del uso de una mano sobre el de la otra.
Desde hace ya mucho tiempo, los científicos conocen que la función del lenguaje y sus capacidades relacionadas con él están localizadas en el hemisferio izquierdo. El lenguaje y la palabra están estrechamente vinculados con el pensamiento razonado y con otras funciones más elevadas, al menos en relación con otros animales. Tal vez por esto los científicos han considerado durante mucho tiempo que el hemisferio izquierdo era la parte más importante del cerebro, la parte dominante y el hemisferio derecho, el subordinado. Esto condujo a una infravaloración de las enormes potencialidades del hemisferio derecho, que hoy en día continúa, en cierta forma, vigente.
Más adelante, las investigaciones proporcionaron nueva información y obligaron a que los científicos se replantearan su opinión en relación con las capacidades de las dos mitades del cerebro.
Así, las investigaciones y hallazgos de Roger Sperry y sus colaboradores (merecedores del premio Nobel en 1983) sobre las funciones de los hemisferios cerebrales supusieron una verdadera revolución.
Como resultado de sus investigaciones, ahora sabemos que cada uno de los hemisferios está especializado en funciones diferentes. El hemisferio izquierdo, dominante en la mayoría de personas, está especializado en funciones relacionadas con la parte verbal, con la capacidad de análisis, de efectuar razonamientos lógicos, abstracciones, de resolver problemas numéricos, de aprender información teórica, de realizar deducciones…
En cambio, el hemisferio derecho está especializado en funciones relacionadas con la percepción u orientación espacial, con el comportamiento emocional (con la facultad para expresar y captar emociones), con la facultad para controlar los aspectos no verbales de la comunicación, con la intuición, con el reconocimiento y con el recuerdo de caras, de voces y de melodías. El cerebro derecho piensa y recuerda en imágenes.
El hemisferio derecho, por cierto, es el que se asocia más directamente con los procesos creativos.
De hecho, muchas de las técnicas creativas tienen su esencia en el intento de “engañar al cerebro”, esto es, de “desconectar” del hemisferio izquierdo para activar el derecho. ¿Cómo?
Esencialmente, presentándole al cerebro una tarea que el hemisferio izquierdo no pueda cumplir.
José Díaz es Licenciado en Sistemas y Gestión (Université de Toulouse). TQM(Total Quality Master). Michigan University. ProcoachTM. London (Britain BTEC level 5) para coach y managers. Además es profesor de Eadic, la escuela abierta de formación Online para Ingenieros y Construcción. En esta escuela imparte cursos de creatividad pensados para Ingenieros y profesionales de la construcción.