La eficiencia energética es una actividad que tiene por objeto mejorar el uso de fuentes de energía; dicho de otra manera, un aparato, un proceso o una instalación se dirá que es eficiente, desde el punto de vista energético, cuando sea capaz de desarrollar la actividad que le corresponde consumiendo una cantidad de energía inferior a la cantidad media de energía que utilizan otras máquinas análogas.
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Análogamente, una persona, un servicio o un producto serán calificados como eficientes cuando, para realizar el mismo trabajo, necesite una cantidad menor de energía.
En el habla coloquial, se cree que la eficiencia energética es sinónimo de compromiso con el medio ambiente. Esta creencia es acertada, pero solo hasta cierto punto, pues para que fuera así por completo, además de precisar una menor cantidad de energía para la realización del trabajo, debería también de buscar abastecerse, total o parcialmente, de energía procedente de fuentes renovables.
Además de reducir costos, la eficiencia energética persigue la protección del medio ambiente a través de:
1. La reducción de la intensidad energética: Es la medida macroeconómica que se define como la cantidad de recursos energéticos precisos para que un país genere su producto interno bruto.
2. La familiarización del usuario con el consumo: Es la forma de informar a la población que la energía que se debe consumir es única y estrictamente la necesaria.
Las emisiones de dióxido de carbono que son enviadas a la atmósfera son cada vez mayores y, a consecuencia de ello, la eficiencia energética se ha abierto paso como una vía para incrementar otras tantas medidas de cuidado del planeta.
Sin embargo, una de las mayores paradojas de esto radica en que la eficiencia energética tiene carácter voluntario, y no obligatorio, por lo que está en la libre voluntad de cada uno de los ciudadanos la adquisición de electrodomésticos y equipos que consuman menos (que, en general, suelen ser más caros), a la cual habría que añadir las medidas del propio ciudadano para consumir cada vez menos y de una forma más sostenible o “verde”.
Una de las propuestas más innovadoras en los últimos años ha sido la creación de las Empresas de Servicios Energéticos (también conocidas coloquialmente, en el ámbito energético, por sus siglas ESE). Una Empresa de Servicios Energéticos es un ente que se encarga de la gestión integral de las instalaciones energéticas de un cliente de un modo realmente innovador.
La Empresa de Servicios Energéticos asume el costo de adquisición e instalación de unos nuevos equipos, que su cliente le irá pagando a plazos, poco a poco, al tiempo que le va vendiendo al usuario (cliente) la energía consumida, el pago de estos servicios está condicionado a la obtención de algún ahorro por introducir mejoras de eficiencia energética, ya que con dichos ahorros se paga el servicio obtenido.
No se trata de un concepto nuevo: la Empresa de Servicios Energéticos nació hace más de diez años, con la Directiva 2006/32/CE ya derogada. Tal Directiva definía la Empresa de Servicios Energéticos como una persona física o jurídica que proporciona servicios energéticos de mejora de la eficiencia energética en las instalaciones o locales de un usuario, afrontando cierto riesgo económico por hacerlo.
El pago de los servicios prestados, según la misma Directiva, se basará (en parte o totalmente) en la obtención de mejoras de la eficiencia energética y en el cumplimiento de los demás requisitos de rendimiento convenidos.
Representación esquemática del funcionamiento de una ESE. Gráfica de certificadosenergéticos.com
Contratar los servicios de una Empresa de Servicios Energéticos tiene múltiples ventajas, fundamentalmente para el usuario – cliente – consumidor que adquiere los mismos. Efectivamente: si se tuviera que sintetizar el rol del usuario en una sola palabra, ésta bien podría ser despreocupación, puesto que el consumidor no ha de preocuparse por nada; todo lo contrario: ha de ser la Empresa de Servicios Energéticos contratada la que se ocupe de que la instalación funcione correctamente en todo momento, ya que, de hecho, la Empresa de Servicios Energéticos es la más interesada en ello y es que si el cliente se queda sin suministro, no podrá facturar, y por tanto cobrar, consumo alguno.
Evidentemente, a lo anterior hay que añadir lo que quizás constituye una de las principales ventajas: la oferta ofrecida por parte de las Empresas de Servicios Energéticos de la disminución tanto de costos como de riesgos ante posibles imprevistos. A través de cuotas, previamente establecidas por contrato, el cliente ni se enterará de tales oscilaciones.
Si la Empresa de Servicios Energéticos, antes del inicio de los trabajos, ha hecho un estudio previo coherente y concienzudo, su inversión estará amortizada al vencimiento del contrato, devolviéndole en ese momento las instalaciones al usuario quien volverá a ser, en la práctica, propietario y gestor de la instalación.
Finalmente, transcurrido el plazo de servicio de la Empresa de Servicios Energéticos, que generalmente suele ser largo (por lo general no suele ser inferior a cinco años, si bien la duración siempre va a estar relacionada con la instalación, o conjunto de instalaciones, objeto de contrato), el propietario contará con unos equipos más avanzados y eficientes que aquellos con los que contaba inicialmente, antes de la firma del contrato.
Estructura y agentes involucrados en los servicios energéticos basados en ahorros.. Esquema de Ángel Antonio Romero
En el caso de España, al igual que en otros tantos países de la Unión Europea, es la administración pública la primera que ha apostado por los servicios de este tipo de empresas, aunque se cuente con el lastre del uso inapropiado de alguno de estos contratos.
Por todo lo anterior mencionado y por ser una oportunidad de negocio, existe un convencimiento de que será una fuente de empleo muy importante a medio y largo plazo en el nuevo horizonte del mercado energético sostenible, el cual actualmente se está gestando. Es importante el estudio de lo que es tanto la Eficiencia Energética como las Empresas de Servicios Energéticos que ocupan una parte importante de varios de los módulos que conforman el Máster en Energías Renovables y Eficiencia Energética que se imparte en la Escuela de EADIC.
Autor: Rubén Rodríguez Elizalde. Docente del Master Energías renovables y Eficiencia energética de EADIC.