El futuro del control de tráfico aéreo

El crecimiento sostenido que ha venido experimentando la aviación mundial en las últimas décadas, junto con el terreno que han venido ganando las tecnologías de la información en todos los ámbitos de la vida humana, llevan a plantear la discusión acerca de cuál es el futuro del control de tráfico aéreo.

Los altos niveles de congestión en los espacios aéreos de algunos de los grandes hubs aeronáuticos del mundo dentro de los cuales vale la pena resaltar los aeropuertos La Guardia de Nueva York, Heathrow de Londres y Hartsfield-Jackson de Atlanta, entre otros, han llevado inevitablemente a la búsqueda de nuevas herramientas tecnológicas y regulatorias que permitan optimizar la capacidad de estos elementos del sistema de transporte aéreo global.

En este sentido, han surgido voces en la industria partidarias de la implementación de sistemas de control de tráfico aéreo automatizados que reduzcan la participación humana a su máxima expresión. Es valioso considerar que sin las tecnologías informáticas que han sido introducidas hasta la actualidad, la gestión de los espacios aéreos más congestionados sería prácticamente imposible. En el futuro y a medida de que el crecimiento de la aviación continua, el control del tráfico aéreo deberá basarse en sistemas de una sofisticación progresiva con el fin de reducir la probabilidad del error humano y sus consecuencias.

Sin embargo, es conveniente definir un límite. Es importante no perder de vista que ningún sistema es perfecto y que problemas de confiabilidad y redundancia en un sector donde la seguridad es crítica, pueden ser catastróficos. Por lo tanto, en el caso de un fallo técnico considerable, los sistemas deben estar en capacidad de llevar a tierra con seguridad a los aviones en vuelo más allá de si esto ocasiona retrasos y cancelaciones a otros usuarios.

Adicionalmente, se deben considerar los eventos impredecibles que superan a los escenarios incluidos en los algoritmos de los sistemas. Es en estos casos imprevistos donde la respuesta de un sistema automatizado no es confiable y justo cuando el criterio de un controlador aéreo humano es esencial para evitar accidentes.

Autor: Juan Pablo Duarte, profesor del Máster en Aeropuertos: Diseño, Construcción y Mantenimiento