La ingeniería en obras subterráneas se enclava en un lugar muy relevante dentro del ámbito de la ingeniería civil, por ser indispensable en casi cualquier tipo de proyecto -debido a sus condicionantes específicos de ejecución- o por la necesidad inherente de mejora que se presenta constantemente en el marco de su seguridad.
Por todo ello, la definición de túnel cobra un papel importante dentro del contexto de la ingeniería en obras subterráneas, pues constituye un punto de partida esencial para todos aquellos ingenieros que se inicien en los postulados de las obras subterráneas. Según la Real Academia Española de la Lengua, túnel se define como: aquel paso subterráneo abierto de forma artificial, con el objetivo de establecer una comunicación a través del monte, por debajo de un río, o salvar cualquier otro obstáculo.
En base a lo dicho anteriormente, la ingeniería en obras subterráneas tratará de dar una visión concisa, y al mismo tiempo lo más amplia posible, de todo lo que implica el concepto de un túnel; y no sólo desde el punto de vista especifico del diseño o dimensionamiento del mismo, sino, más bien, principalmente, desde el punto de vista de ejecución -pues no se debe olvidar nunca que un túnel, en sí, es una obra de ingeniería con un elevadísimo porcentaje de incertidumbre que, a veces, es muy difícil de cuantificar-.
Una obra en la cual se deben delimitar con exactitud todos aquellos aspectos generales a contemplar en la fase de proyecto y dimensionamiento, así como todas aquellas herramientas informáticas de aplicación a utilizar en la fase de diseño y ejecución.
Por último, cabe destacar que el resultado final de un túnel depende de una forma directa de la labor certera de la ingeniería, y en concreto de los ingenieros que trabajen en las distintas fases de ejecución: desde el inicio mismo de la excavación hasta los últimos aspectos concernientes a la impermeabilización y revestimiento del mismo.
Manuel Gómez, profesor del Máster en Diseño, Construcción y Mantenimiento de Carreteras