Muchos os preguntaréis, ¿pero esto no es un blog sobre la ingeniería hidráulica?, ¿y qué narices pintan aquí los romanos?
Pues efectivamente, no os habéis confundido este es un blog sobre la ingeniería hidráulica, y como los romanos “tocaron todos los palos” (o casi todos), y coincidiendo con un viaje que hice, me ha parecido muy apropiado escribir este post enlazando la ingeniería hidráulica con la antigüedad, para valorar el cuidado y la importancia que le daban al agua y a todo lo que han hecho nuestros antepasados, tanto las cosas buenas, como las no tan buenas, porque yo creo que de todo se puede aprender.
Como os he comentado anteriormente, en un viaje que hice tuve la ocasión y la suerte de parar en las cercanías de Mérida, para poder contemplar un par de joyas hidráulicas de la época romana, me refiero a las presas romanas de Proserpina y Cornalvo.
Estas dos presas me parecen unas auténticas joyas de la ingeniería hidráulica en España, y no debido a sus grandes dimensiones o su porte, sino al tiempo que llevan resistiendo (algún que otro milenio), que desde su construcción se han seguido aprovechando para diferentes usos, y que todavía se siga disfrutando de ellas.
La presa de Proserpina se encuentra muy cercana a la ciudad de Mérida, y forma un pequeño embalse aprovechando la aportación de un par de arroyos, para aguas abajo verter sus aguas al río Aljucén. El nombre de Proserpina proviene de una diosa romana. En la época romana, este embalse sirvió para abastecer una zona de Augusta Emérita, a través del acueducto romano Los Milagros, del cual, todavía se conservan restos. La presa cuenta con 425 metros de longitud y 21 metros de profundidad, y tiene una capacidad aproximada de 4 hm³.
Para llegar a la siguiente presa, tuvimos un pequeño problema, y es que el GPS (ese gran aparato tan moderno) nos jugó una mala pasada. Efectivamente, llegamos al embalse de Cornalvo, pero no por el sitio que deberíamos, así que tuvimos que darnos la vuelta, y menos mal que “preguntando se llega a Roma”, y en este caso, gracias al GPS verbal de la gente de la zona, llegamos al destino deseado.
La presa de Cornalvo se encuentra algo más alejado de Mérida, aproximadamente a unos 20 kilómetros. Se encuentra dentro del Parque Natural de Cornalvo. Esta construcción romana forma un embalse sobre el arroyo Albarregas, y se utilizaba para abastecer una parte de la ciudad de Augusta Emérita. Sus dimensiones son de 220 metros de longitud y 18 metros de altura, y su capacidad aproximada de 11 hm³. Su fecha de construcción parece que fue en el año 130 d.C.
El buen estado de estos embalses es debido, en parte, a que se modificaron sus primitivas funciones de abastecimiento, para otros fines, por lo que se han seguido cuidando y modificando.
Hay que destacar y felicitar a la Confederación Hidrográfica del Guadiana, por el cuidado que realizan a estas construcciones, y especialmente, en Proserpina, por el esfuerzo que han hecho en acercar la cultura romana a la gente interesada en ello, ya que como se puede observar en las imágenes anteriores hay paneles explicativos y ciertas zonas excavadas y retocadas para el deleite del público, así como el Museo del Agua, donde se explica cómo se realizaba el abastecimiento a la ciudad de Augusta Emérita. Y animo a todo aquel que esté interesado en ir a visitarlas.
Miguel de Blas Moncalvillo, profesor del Máster en Diseño, Construcción y Explotación de Obras Hidráulicas