La explotación minera aparece ya señalada en el conocido como sistema de las tres edades, elaborado por Christian Jürgensen Thomsen, donde se da una clara noción sobre la importancia que la minería ha venido teniendo en la historia de la humanidad, siendo el indicador más claro de la evolución que ha experimentado el ser humano desde que se conocen sus primeros pasos. Este autor habla de tres edades, que por orden de antigüedad son, edad de Piedra, edad del Bronce y edad del Hierro.
Curiosamente, ya queda bajo esta nomenclatura perfectamente reflejada la enorme importancia que en nuestra evolución ha tenido la minería, hablando de tres recursos mineros muy utilizados aún en la actualidad. Sin la minería y la evolución que ésta conlleva, el desarrollo humano hacia el conocido “estado de Bienestar”, sería bien distinto del que actualmente conocemos.
La minería y en consecuencia las explotaciones mineras han ido evolucionando a lo largo de los siglos, pasando de pequeñas actividades artesanales a las grandes multinacionales mineras que existen en la actualidad, si bien, aún hoy coexisten ambos métodos de explotación minera. Así, podemos encontrarnos con graveras donde pueden llegar a trabajar sólo una o dos personas, a compañías mineras en las que el número de puestos de trabajo puede ser de cientos o miles.
Resulta un sector estratégico a nivel mundial. No hay más que darse cuenta de que absolutamente todo lo que nos rodea en nuestra vida cotidiana procede de la minería, bien directamente o bien después de haber sufrido algún tipo de transformación metalúrgica. Las dos materias primas más consumidas en el mundo son productos mineros, el agua y los áridos para construcción, obra civil y obra pública.
La importancia de la minería se pone de relevancia consultando los datos existentes al respecto de la actividad; así, en España, el Gobierno de la Nación publica anualmente la “Estadística Minera”. De su análisis se obtiene directamente el volumen de negocio y la cantidad de mano de obra directa que representa el sector minero.
No obstante, a pesar de la relevancia a nivel mundial del sector, es una actividad no exenta de polémica y con unos condicionantes que verdaderamente dificultan cualquier tipo de explotación minera. Los recursos minerales no pueden moverse de sitio, por lo que a veces su localización afecta a determinados espacios protegidos, bien sea medioambientalmente, culturalmente, etc., lo que hace que sea una actividad, en ocasiones, socialmente controvertida; por este motivo, en las últimas décadas las empresas mineras están centrando sus esfuerzos en obtener resultados globalmente sostenibles, aunando las mejoras en la producción, con las mejoras sociales y ambientales, reforzado todo ello por la normativa que regula el sector, encaminada a aunar la actividad con el entorno que la rodea de la forma más apropiada posible para todos los actores relacionados.
Otro condicionante que presenta el sector minero, son precisamente las enormes necesidades de financiación que tienen que afrontar las grandes empresas mineras; este se debe a los altos costes de investigación de recursos que tienen que afrontar, los elevados costes de diseño y producción, los costes del proceso metalúrgico, etc.
Todo ello redunda en una certeza, se trata de un sector imprescindible para el ser humano, pero no por ello exento de dificultades cada vez mayores para su desarrollo, por lo que puede aseverarse que nuestra forma de vida, hoy por hoy, depende íntegramente del sector minero.
Autor: David Fernández López, docente del Máster en Minería, Planificación y Gestión de Minas y Operaciones Mineras de EADIC