Los tres principales puntos en los que se apoya la ingeniería actual, y sobre los que se hace hincapié desde que empezamos a cursar los estudios de esta apasionante carrera profesional son:
- La eficiencia (desarrollar e implementar proyectos, productos y servicios de forma eficaz, con la menor inversión de recursos posibles).
- La seguridad (desarrollar e implementar proyectos, productos y servicios con el mayor nivel de seguridad de funcionamiento).
- El respeto al medioambiente (ligado claramente a la eficiencia respecto al uso de la menor cantidad de recursos naturales, así como con el menor impacto ambiental posible).
Este enfoque actual, se enfrenta y, al mismo tiempo, se distingue del enfoque utilizado hasta hace unos 25 ó 30 años, según el cual el ingeniero y la gestión ambiental tenían que hacer grandes esfuerzos para poder integrar la estrategia empresarial y los procesos de negocio de las empresas con aquellos temas medioambientales importantes, ya que la concienciación de la gestión ambiental era muy difusa; así mismo, dependían de que la cuenta de resultado fuera mejor o peor. Si se daba este último caso, los recortes más importantes se realizaban en este sentido.
Sin embargo, hoy en día, es al revés, principalmente debido a la presión de la sociedad y de la mayoría de los gobiernos y estados en la concientización sobre el respeto y cuidado del medioambiente.
A partir de entonces, la gestión ambiental empieza a aparecer más integrada en los procesos de negocio empresarial. Y la ingeniería empieza a hacer suyo, de una manera más firme, el enfoque de una buena gestión ambiental.
Ingeniería y gestión ambiental van de la mano en, prácticamente, el 100% de las actividades, proyectos, productos y servicios desarrollados.
Fijémonos en que no solamente la buena “imagen corporativa” de la empresa es la que se ve beneficiada, que de por sí es un punto fuerte a los ojos de la sociedad. A través de la combinación de la ingeniería y la gestión ambiental, aplicamos los requisitos legales y administrativos necesarios, acordes a la actividad que se desarrolla, consiguiendo evitar sanciones económicas directas, así como las referentes a clausuras temporales o definitivas de la actividad de la empresa.
Desarrollamos innovaciones y mejoras en los procesos productivos, que conllevan a un ahorro de recursos naturales (materias primas, energía, etc.) en la entrada de estos procesos; y una disminución de emisiones atmosféricas perjudiciales, vertidos a la red sanitaria, residuos, etc. a su salida.
Así mismo, la aplicación de nuevas tecnologías y la inversión en las mejores técnicas disponibles (MTD), dependiendo de la actividad desarrollada por la empresa, hacen que el impacto ambiental disminuya considerablemente.
Todas estas acciones conllevan un ahorro de costes empresarial, que en algunos casos son superiores al 20%. Para que todo esto se lleve a cabo, se necesita de la combinación perfecta de la ingeniería y la gestin ambiental.
Por todo esto, el mercado laboral demanda cada vez más ingenieros con buena preparación en gestión ambiental, de forma directa o indirecta (consultores, gestores y auditores externos).
Una buena preparación técnica a través de conocimientos adicionales de gestión ambiental y energética a la ingeniería nos ayudan a desarrollarnos profesionalmente de cara al futuro. El complemento de un Máster universitario para ingenieros en Gestión ambiental, hoy por hoy, sería la solución ideal para el desarrollo profesional en este campo de la ingeniería.
¡Cuánto hemos cambiado!
Autor: Vicente Luis Martinez Camacho. Docente del Máster en Ingeniería y Gestión Ambiental de EADIC.