En estos tiempos, en que el cambio climático es un hecho, ya sea debido a unas causas u a otras, lo que sí está claro es que el tiempo ya no es lo que era.
Es decir, ya no están tan diferenciadas las estaciones, las precipitaciones no están tan distribuidas como antes, y los periodos de sequía parece que se prolongan más. ¿Qué se puede hacer ante este panorama? Una de las soluciones parece clara, potenciar el efecto laminador y de almacenamiento de las presas.
Dos de los efectos más importantes que poseen las presas, son el efecto laminador y el de almacenamiento:
- Efecto laminador de las presas, es uno de los objetivos para los que se han construido determinadas presas, y que es muy importante para paliar algunos efectos del cambio climático. Últimamente, las precipitaciones aunque en cantidad total anual, en volumen total, puedan ser similares a tiempos pasados, no lo son en intensidad y recurrencia, produciéndose cada vez con mayor frecuencia lluvias y tormentas con mayor descarga de agua en menor tiempo, siendo relacionadas a periodos de retorno bastante elevados.
Estas precipitaciones tan intensas pueden tener efectos devastadores, ya que arrasan con todo y arrastran árboles y piedras, que pueden ocasionar graves daños aguas abajo, sobre todo en los cauces con mayor pendiente. Las presas pueden aminorar estos efectos, sobre todo, si están situadas en las cabeceras de ciertas cuencas, ya que disminuyen la velocidad y la fuerza del agua, y reducen los daños producidos aguas abajo o incluso pueden eliminarlos.
- Almacenamiento de las presas, como se indicaba también en el anterior efecto, es uno de los objetivos para los que se han construido determinadas presas, y que es muy importante para paliar algunos efectos del cambio climático. Otra de las consecuencias del cambio climático, es que aunque en volumen total la cantidad de agua pueda ser similar, no lo es en intensidad, la cual se ha incrementado notablemente, y lo que provoca que el agua disponible durante el año sea inferior, ya que hay una gran cantidad que se pierde porque el suelo no puede infiltrar tanta cantidad en tan poco tiempo. Gracias a las presas, una parte del volumen de agua que se perdería, se puede almacenar, y luego ir dosificando según las necesidades hídricas de la región.
Autor: Miguel de Blas Moncalvillo, profesor del Máster en Diseño, Construcción y Explotación de Obras Hidráulicas de EADIC.