La magnitud de la ventaja competitiva que una empresa puede conseguir en relación a sus competidores y la cantidad de caminos o medios a través de los cuales puede obtener dicha ventaja, proporcionan una idea del valor que un negocio puede lograr en el largo plazo, y establecen las condiciones necesarias para desarrollar la estrategia en la empresa.
De esta forma, el valor a largo plazo de una empresa, vendrá determinado por la magnitud de la ventaja competitiva.
Cuando los clientes no aprecian la diferenciación entre empresas, y esa diferenciación es costosa para las compañías, los precios bajos y el nivel relativo de costes serán los determinantes del éxito del negocio.
En los casos en los que se puedan utilizar varias vías para obtener una ventaja competitiva la empresa podrá optar por implantar varias estrategias.
La magnitud de la ventaja competitiva y el número de formas que se pueden llevar a cabo para conseguirla, se pueden relacionar a través de una matriz, integrada por cuatro cuadrantes, y utilizada en el desarrollo creativo de estrategias.
Según el cuadrante en el que se sitúe la empresa, los requisitos para alcanzar el éxito serán distintos.
Las posiciones que puede ocupar una empresa en la matriz son las siguientes:
- Si la mayoría de negocios de la empresa tienen una posición ventajosa en sectores de especialización y volumen, la empresa podrá obtener éxito en sus negocios.
- En los negocios basados en la especialización, la concentración de la oferta y la buena imagen de marca, constituyen aspectos muy relevantes que la organización tiene que considerar detalladamente.
- Si las actividades que desarrolla la compañía ocupan sectores de fragmentación o estancamiento, de poco servirá que la empresa tenga una gran cuota de mercado o un nivel de costes relativamente bajo.
- Negocios que empezaron siendo fragmentados, pueden evolucionar hacia la especialización o incluso hacia el volumen, y otros caracterizados por el volumen, pueden emigrar al cuadrante del estancamiento o hacia la especialización.
- Una cartera que tenga posiciones desventajosas en negocios especializados y de volumen, y que tenga activos asegurados en sectores estancados y fragmentados, se estará aproximando al fracaso.
Por tanto es importante conocer la magnitud de la ventaja competitiva de la entidad que se gestione ya que conlleva el tener éxito o fracaso en la misma.
Autor: María López de Andrés, profesora del Máster en Dirección de Proyectos Internacionales