Cuando se realizas modelos financieros, es inevitable llegar al punto en el cual, ya sea de manera implícita o explícita, se termina definiendo un valor numérico proyectado, ya sea este una estimación de rentabilidad, de cobertura crediticia o de valoración.
La verdad es que al final del proceso, un modelo es un conjunto de relaciones matemáticas que tienen por objetivo reflejar de la mejor forma posible la especificación de ciertas variables identificadas y cuyas relaciones están establecidas de forma que reflejen de la mejor forma posible el comportamiento en el mundo real de estas relaciones, al mismo tiempo en que se constituye en una herramienta que debe ser útil para la toma de decisiones.
Es así que, sin importar que tan bien hecho este un modelo en cuanto a sus especificaciones de relaciones e identificación de variables, los resultados de los modelos financieros no podrán escapar al alcance que puedan llegar a tener un conjunto de supuestos que no hayan sido adecuadamente validados o que, por otro lado, no cuenten con una sensibilización real en función del mundo real.
Es por esto que es de gran importancia no incurrir en errores que puedan llevar a la toma incorrecta de decisiones más allá de lo sofisticados que puedan ser los modelos financieros. A continuación, se detallan algunos de los errores que con más frecuencia se suelen cometer y que terminan afectando el poder analítico de un modelo financiero:
- Hacer suposiciones en los modelos financieros de que las empresas o proyectos obtendrán una tasa de retorno sustancialmente mayor al costo de capital y que a medida que crecen rápidamente, podrán continuar con este tipo de desempeño financiero, incluso cuando no tienen algún tipo de ventaja competitiva sostenida.
- Utilizar en los modelos financieros una proyección de precios que se establece permanecerán por encima del costo de producción en el largo plazo, incluso cuando la capacidad de una industria o sector este en crecimiento.
- Utilizar en los modelos financieros información que se basa en expertos independientes con un perfil orientado a los medios, ya sean estas personas o instituciones, políticos, empresarios no relacionados o profesores cuya principal actividad sea la de dar opiniones permanentemente en los medios.
- Confiar en los resultados obtenidos por una administración que proyecta rendimientos crecientes, pero sin reconocer que los rendimientos proyectados se producen solo porque la empresa está asumiendo mayores riesgos.
- Ignorar los cambios en la estructura de costos y los cambios de la demanda que pueden hacer que los activos existentes se vuelvan obsoletos rápidamente, omitiendo esto en el desarrollo de análisis de riesgo utilizando modelos financieros.
- Confiar en nuevos paradigmas financieros sofisticados, complicados e innovadores al momento de la creación de modelos financieros.
- Confiar en sofisticados contratos que pueden estar bien redactados por abogados, pero que no tienen sentido económico.
- Introducir supuestos simétricos al alza y a la baja en los modelos cuando se desarrolla el análisis de riesgo, sin considerar adecuadamente las diferencias en los límites al alza y las exposiciones a la baja que crean retornos sesgados.
Ignorar las tendencias a largo plazo en los datos históricos y no comprender adecuadamente el valor de los rendimientos históricos en el largo plazo, al momento de evaluar las proyecciones financieras.
Si los resultados de un modelo no tienen sentido económico o si estos resultados no están en contexto con el comportamiento histórico de las variables de entrada y los indicadores de salida, es probable que el modelo matemático esté bien realizado, pero que los supuestos utilizados estén incurriendo en algunos de los errores ya indicados. En este caso, por más elaborado que sea un modelo, los resultados no serán útiles para soportar una adecuada toma de decisiones.
Autor: José Pablo Rocha Argandoña, docente del Máster en Financiación y Gestión de Infraestructuras de EADIC.