En líneas tranviarias y de metro, la configuración más extendida para la superestructura ferroviaria es el diseño de los carriles ferroviarios apoyados o embebidos en una losa de hormigón, esta configuración se denomina vía en placa.
El montaje de vía con esta configuración implica unos criterios más exigentes que la vía convencional sobre balasto a la que estamos acostumbrados en líneas interurbanas, ya que, una vez instalada la corrección de errores de alineación y nivelación resulta muy laboriosa, obligando incluso en algunos casos a demoler la losa para corregir errores de alineación. Por ello el montaje de vía se efectúa de arriba abajo, asegurando en primer lugar que los carriles se encuentran en su posición final para posteriormente llevar a cabo el apoyo de los mismos, es como quien dice, comenzar la casa por el tejado para que éste se emplace con una precisión centimétrica.
De forma esquemática, la puesta en obra de una vía en placa comienza con la ejecución de la base de apoyo de la placa, que puede estar constituida por un suelocemento, por un hormigón pobre o por una capa asfáltica. Sobre esta base se dispone, si procede, una manta elastomérica para la atenuación de vibraciones.
A continuación se lleva a cabo el tendido de los carriles y traviesas directamente apoyados sobre la base, la unión carril-traviesa y el soldado de carriles para formar la barra larga soldada; y es entonces cuando se procede a la colocación del sistema carril-traviesa en su posición definitiva ayudado de unos pórticos de nivelación y útiles de alineación, apoyando su peso en estos pórticos. En este momento se efectúa la comprobación geométrica de vía, con los carriles y traviesas suspendidos, verificando que su posición se encuentra dentro de las ajustadas tolerancias ferroviarias.
Una vez asegurada la posición definitiva de los carriles se procede al hormigonado de la losa inferior de apoyo del sistema carril-traviesas. En el caso de carril embebido, se habrá efectuado previamente el chaqueteado de carril, colocándolo en una cazoleta y embebiéndolo en elastómeros que reducirán la vibración.
Este montaje finaliza con la ejecución del acabado superior de la losa que, en el caso de sistemas tranviarios puede variar: césped, adoquines, losetas, o el sistema que se considere como más idóneo para alcanzar una mayor integración en el entorno.
Este procedimiento de montaje de vía, arriba-abajo, aunque no es el único, es el que proporciona unas mejores garantías de alineación y nivelación. En el siguiente enlace se muestra un ejemplo del proceso descrito.
Autor: Juan José Álvarez, profesor del Máster en Construcción, Mantenimiento y Explotación de Metros, Tranvías y Ferrocarriles Urbanos y del Curso de Diseño, Montaje de Vía y Ejecución de Obra Civil