La industria del automóvil es una de las que más está evolucionando durante los últimos años para mejorar la seguridad de los conductores. Un paso más allá supondrá la introducción de los neumáticos inteligentes capaces de adaptarse al estado del pavimento e incluso de auto-repararse.
A largo plazo las innovaciones en los neumáticos tienen como objetivo dotar de autonomía y conectividad a este elemento indispensable para el funcionamiento de cualquier vehículo. En este sentido las marcas trabajan con herramientas de inteligencia artificial para que los neumáticos inteligentes sean capaces de transformarse y decidir en función del estado de la carretera por la que circulan.
Goodyear ha presentado recientemente el proyecto Eagle 360 Urban, un neumático compuesto por un polímero super elástico capaz de contraerse y expandirse, que está conectado a una red de sensores que le permiten comprobar su propio estado y analizar su entorno.
Otras de las funcionalidades de estos neumáticos inteligentes es la conectividad con otros vehículos y los sistemas de gestión de la movilidad, que le sirven para procesar información de su contexto en tiempo real. Por ejemplo, sin un vehículo que circula kilómetros más adelante encuentra una zona con lluvia de gran intensidad, estos neumáticos inteligentes captan dicha información y son capaces de cambiar su perfil para adaptarse a una carretera encharcada.
Este prototipo tiene forma esférica con el objetivo de crear una nueva superficie de contacto y de este modo cuando sufra un pinchazo reducir la presión sobre dicha zona, comenzando el proceso de auto-reparación, puesto que, la propia goma crea nuevos enlaces moleculares, evitando que el conductor tenga que pararse a cambiar la rueda.
Su forma esférica está reñida con el sistema actual de ejes y tuercas, por lo que para su instalación se tendría que plantear la técnica de levitación magnética, por lo que su implantación a gran escala está condicionada a multitud de evoluciones.
Un poco más cercanos parecen los neumáticos sin aire, con los que varias marcas han realizado pruebas, y, que utilizan un poliuterano muy resistente. Su principal desventaja es que por el momento no permiten superar los 130 kilómetros por hora, por lo que por el momento su implantación podría reducirse a vehículos pesados.
Es un sector que también está concienciado con el mantenimiento de medio ambiente, por ello marcas como Continental trabajan para fabricar neumáticos con caucho obtenido del diente de león. Una plantación que sobrevive a diversos climas, por lo que podrían situarse cerca de las fábricas, abaratando los costes logísticos y reduciendo su impacto ambiental.
Todas estas innovaciones aún no se han convertido en realidad, como si lo ha hecho Conneso, una plataforma digital desarrollada por Pirelli, que consiste en un sensor instalado en los neumáticos que permite comunicarse con el conductor a través de una app, para proporcionarle información sobre el estado de la goma y la presión de inflado, permitiendo realizar un consumo de combustible mucho más eficiente.
Fuente: elpais.com
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