Si algún lector de este post ya me conoce de la plataforma de EADIC, no se extrañará del tema que escojo para porque suelo insistir en esta idea. Dentro de lo que podemos denominar ingeniería ferroviaria podemos reconocer más fácilmente los aspectos relacionados con el diseño (material móvil, sistemas ferroviarios de seguridad y señalización, elementos de la vía o la catenaria); aspectos relacionados con el proyecto (proyecto de las infraestructuras, integrando todos los aspectos de ingeniería ferroviaria, superestructura, estaciones, etc.) y también aspectos de construcción (ejecución de las obras de ingeniería ferroviaria, calidad de las mismas). Pero nos cuesta más identificar más los aspectos relacionados con la planificación de las infraestructuras ferroviarias.
En principio, la planificación se centra en los temas del proyecto de las grandes infraestructuras ferroviarias, es decir decidir entre qué puntos se van a construir las nuevas líneas de alta velocidad, pero su desarrollo correcto también necesita de otros campos de la ingeniería ferroviaria.
Pongamos un ejemplo, cuando Francia se planteó por primera vez el futuro del ferrocarril en forma de alta velocidad, lo primero que se planteo no fue el objetivo: las nuevas líneas a construir como la Paris-Lyon; si no la factibilidad técnica, es decir aspectos técnicos de ingeniería ferroviaria.
En concreto, todo comenzó en 1955, casi 30 años antes de la inauguración de la línea, con una prueba en la que se superó el récord de velocidad en ferrocarril, con 331 Km/h y se pudieron comenzar a conocer los aspectos técnicos que permitirían el desarrollo de la gran velocidad francesa (potencia de las máquinas, necesidades de la vía y catenaria, temas de seguridad, etc.). Es decir, la planificación de lo que luego sería las líneas de alta velocidad, integraba desde el principio todos los aspectos técnicos que estaban asociados, desarrollo del material móvil y máquinas de tren, desarrollo de los sistemas ferroviarios (catenaria y energía y sistemas de comunicaciones y señalización y seguridad).
Para que cualquier actividad en ingeniería tenga éxito, y la ingeniería ferroviaria no es una excepción, hace falta una buena planificación. En el caso de las grandes infraestructuras que afectan a zonas extensas del territorio, en las que puede vivir mucha gente, y que van a tener multitud de usuarios y grandes impactos de todo tipo sobre el entorno, pero también sobre la sociedad y la economía, una planificación exhaustiva, que haya podido estudiar y evaluar todos los aspectos del proyecto que se pretende llevar adelante es fundamental.
En España, el desarrollo de la alta velocidad ha sido fulgurante, lo que hace sospechar que en algunos casos, la planificación de algunas de las soluciones adoptadas no se realizó con suficiente exhaustividad, lo que ha desembocado en que se dude de la rentabilidad de algunas de las infraestructuras construidas.
En mi opinión la situación anterior de las infraestructuras ferroviarias en España necesitaba de una acción importante, ya que comenzaba a ser un servicio público con una imagen de poca utilidad y en cierta decadencia, de hecho la alta velocidad española ha conseguido revertir esa imagen. En definitiva, se han construido líneas de las que no se puede dudar de su utilidad y además se ha comenzado a no desaprovechar al ferrocarril como modo de transporte con muchas ventajas frente a otros modos de transporte. Pero también se han cometido algunos errores.
Una planificación de las nuevas líneas más concienzuda ¿Hubiese evitado esos errores? Depende de quien toma las decisiones, pero sí que hubiese puesto encima de la mesa más y más exactos argumentos para tomar la mejor decisión.
Además, adelantarse en el tiempo con la planificación tiene otras ventajas, aparte de disponer de tiempo para realizar un buen estudio de todos los factores. La planificación en sí es mucho más barata que la construcción, eso es una obviedad, pero si analizamos el pasado, se han construido las infraestructuras cuando se ha dispuesto de los recursos para ello, pero en las épocas en las que no había recursos para ello si se podría haber aprovechado para realizar los estudios y planificación necesaria, sin la presión de plazos muy ajustados. Otra ventaja, es que poner encima de la mesa las diferentes alternativas que se barajan permite a los agentes y también a posibles afectados o perjudicados expresar sus dudas y también mejorar, con sus aportaciones, los proyectos.
Como conclusión, insistir en la necesidad de una planificación extensa en todos los procesos de ingeniería ferroviaria, para poder obtener un mejor proyecto de las infraestructuras ferroviarias.
El puente 25 de abril que cruza el río Tajo a la altura de Lisboa, es un ejemplo de la utilidad y economía de planificar a largo plazo, quizás sea un ejemplo simple, pero es muy ilustrativo.
Autor: Ferrán López, profesor del Máster en Infraestructuras Ferroviarias