El Project Management Institute PMI ® es una organización sin ánimo de lucro dedicada a promover el conocimiento en dirección de proyectos contribuyendo a la mejora profesional de todas aquellas personas que se dedican a esa actividad. Fundada en los años 60 del siglo XX en los EE.UU. su implantación actual es a nivel mundial, con más de 700.000 miembros en más de 170 países.
Todos los que nos dedicamos a la dirección de proyectos estamos muy familiarizados con este organismo y sus distintas certificaciones en dirección de proyectos cuentan con un reconocido prestigio internacional, siendo la de Project Management Professional PMP ® la certificación más habitual. Cada una de sus certificaciones está basada asimismo en distintos estándares de dirección de proyectos, programas y porfolios, siendo también el más extendido el Project Management Book Of Knowledge PMBOK ®.
Sin embargo, muy pocas nos paramos a analizar el porqué de la consideración con la que cuenta el instituto y quizás sea el momento de identificar las causas más importantes. Algunas de ellas son:
- Dar voz a los profesionales: Si por algo se caracteriza el PMI ® es por fomentar la participación abierta de todos sus miembros a lo largo de múltiples actividades. Desde los foros de intercambio de conocimiento en los distintos grupos de interés, las reuniones de sus capítulos (asociaciones locales) y congresos hasta la colaboración en la definición de los distintos estándares, todos ellos se convierten en elementos a través de los cuales el instituto toma el pulso a la profesión tratando de captar en todo momento las principales tendencias existentes.
- Orientación al cambio: Tratándose el PMI ® de una organización que busca la excelencia en la práctica de la dirección de proyectos podría existir el riesgo de que cayera en posturas inmovilistas en determinadas cuestiones. Lejos de ello, el PMI ® somete a la profesión a una revisión continua como forma de adaptarse a un entorno permanentemente cambiante en el que influyen tanto las nuevas tecnologías como las tendencias sociales. Pero esta orientación al cambio no se realiza por puro mimetismo con el ambiente, sino midiendo el impacto que cada uno de los factores puede tener en la dirección de proyectos a partir de la experiencia que los miembros puedan aportar al respecto de su uso.
- Contacto con la realidad: Como resultado de los dos elementos anteriores, el PMI ® ha sido capaz de definir un modelo de dirección de proyectos en el que todos los profesionales se sienten identificados, lo que hace que todas sus recomendaciones sean aplicables a todo tipo de proyectos. Huyendo de la tentación de construir un modelo teórico de dirección de proyectos quizás su mayor contribución es su reconocimiento de que en todo proyecto los errores son inevitables y, por tanto, objeto de tratamiento. Con ello se crean profesionales mejor preparados para responder a las desviaciones que surgen en los proyectos disponiendo de herramientas contrastadas para reducir sus impactos. La gestión integrada de cambios y la gestión de riesgos son los elementos más reconocibles en este aspecto.
- Comportamiento ético: Si bien en cualquier profesión un comportamiento ético es siempre deseable, en el PMI ® se ha hecho de este aspecto una cualidad imprescindible de todo profesional dedicado a la dirección de proyectos. Para ello, en sus recomendaciones siempre se establece que el éxito del proyecto no justifica prácticas contrarias al respeto de todas las personas implicadas. Actuar con honestidad en todo momento no está reñido con buscar la mejor forma de que el proyecto avance, y además el director de proyectos debe saber gestionar todas las dificultades de un proyecto asumiendo sus responsabilidades con total profesionalidad.
En resumen, el éxito del PMI ® radica fundamentalmente en que todas sus recomendaciones parten de la experiencia real en proyectos y son por tanto aplicables a futuros proyectos, sin importante su tamaño, sector o cualquier otro aspecto particular del mismo.
Además, muestra una posición proactiva en la transmisión de conocimiento, convirtiéndose en un auténtico foco de propagación de las mejores prácticas.
Autor: Alfonso Allende, profesor del Máster en Dirección de Proyectos Internacionales