¿Por qué el CAD sigue dominando en un mundo BIM? - EADIC

¿Por qué el CAD sigue dominando en un mundo BIM?

 

La industria AEC (Arquitectura, Ingeniería y construcción) se encuentra en un proceso de cambio constante. En las últimas dos décadas, hemos sido testigos de cómo las tecnologías emergentes como CAD, han transformado nuestros flujos de trabajo. Entre estas innovaciones destacan la maquinaria automatizada, los software de diseño y otras herramientas que han optimizado la manera en que planificamos y ejecutamos proyectos.

La metodología BIM ha revolucionado numerosos procesos dentro de nuestra industria, permitiéndonos gestionar la información a lo largo de todo su ciclo de vida, desde la concepción de la idea hasta su demolición. Sin embargo, este concepto, ampliamente mencionado en conferencias, eventos y encuentros entre profesionales en todo el mundo, ¿es realmente comprendido en toda su magnitud?

BIM

 

Primero, definamos qué es BIM, una tarea que no es tan sencilla como parece. El acrónimo proviene del inglés Building Information Modeling, y aquí es donde surge la primera confusión. A menudo, se intenta traducir Building como ‘edificio’, cuando en realidad debe entenderse como ‘construcción’. ¿Por qué? Porque la metodología BIM no se limita únicamente a edificaciones verticales, sino que puede aplicarse a cualquier tipo de proyecto dentro de la industria AEC que sea construible. Ahora bien, Information hace referencia, de manera evidente, a la información contenida en el modelo, mientras que Modeling se traduce como ‘modelado’, lo cual lo podemos asociar con modelos que contienen información. En conjunto, BIM representa un enfoque integral para la gestión de proyectos de construcción a través de modelos digitales inteligentes.

Con esta interpretación en español, podríamos decir que BIM significa ‘Modelado de la Información para la Construcción’. Nada mal, ¿verdad? Sin embargo, es importante destacar que diferentes organizaciones, como buildingSMART, Autodesk y otras, han desarrollado sus propias definiciones del término, cada una con matices que reflejan su enfoque y visión sobre la metodología.

Metodología

 

Ahora que hemos definido BIM como el ‘Modelado de la Información para la Construcción’, es momento de identificar qué nos permite esta metodología. Ya mencionamos que puede utilizarse a lo largo de todo el ciclo de vida del proyecto, lo cual es un punto clave. Pero, ¿cuál es su verdadero alcance?

Si bien BIM se basa en modelos digitales, no se trata simplemente de la creación de una maqueta digital. Un modelo 3D por sí solo no es BIM; para que lo sea, debe estar desarrollado bajo estándares y procesos definidos por las partes involucradas y contener tanto información gráfica como no gráfica. Aquí es donde surge un gran debate: ¿cómo debe generarse esta información? La respuesta varía según la perspectiva del profesional. Algunos expertos sostienen que debe modelarse tal como se construirá, mientras que otros defienden que debe estructurarse en función de su cuantificación y planificación.

Para abordar esta cuestión, podemos apoyarnos en los usos BIM, que establecen el método, el propósito y el alcance de la información generada. Un referente clave en esta materia son los usos BIM definidos por The Pennsylvania State University, los cuales proporcionan directrices sobre cómo producir y gestionar la información de manera eficiente en un entorno colaborativo. Lo que sí podemos afirmar es que la metodología BIM nos permite gestionar y aprovechar la información, ya sea la que generamos nosotros o la que proviene de otros actores, para optimizar nuestros procesos.

Ante esto, surge una pregunta lógica: ¿cuál es la diferencia entre lo que hacíamos años atrás y lo que BIM nos ofrece?

 

Este es, precisamente, el punto de inflexión que BIM introduce en nuestra forma de trabajar. Si analizamos, por ejemplo, el flujo de trabajo de un ingeniero calculista, veremos que utiliza software especializado para el cálculo estructural y otros procesos técnicos. Sin embargo, cuando llega el momento de entregar su trabajo al cliente final, lo hace en un formato ampliamente conocido y utilizado: el CAD. Hagamos un pequeño paréntesis. Cuando hablamos de CAD, nos referimos al Diseño Asistido por Computadora. En este punto, podríamos cuestionarnos si BIM también es un diseño por computadora, lo que daría pie a un nuevo debate.

Sin embargo, CAD fue la primera gran referencia para la creación de información en proyectos en dos dimensiones (2D). Partiendo de esta premisa, podemos establecer una distinción clave: cuando hablamos de CAD, nos referimos principalmente al trabajo en 2D, mientras que BIM nos lleva al ámbito del 3D y más allá, incorporando información adicional y procesos de gestión de la información. Cuando la metodología BIM comenzó a posicionarse en nuestra industria y empezamos a utilizar software de modelado como Revit, Archicad y otros, lo primero que notamos fue la posibilidad de modelar en 3D con parámetros.

Modelación CAD

 

Esto nos permitió obtener la información necesaria a partir de una modelación adecuada del proyecto según los requerimientos específicos. Además, BIM facilitó la generación de documentación para la presentación de nuestros proyectos. En este contexto, ‘documentación’ se refiere a la representación gráfica de planos de planta, cortes, vistas en 3D, detalles constructivos y otros elementos, todo ello estructurado mediante el uso de cajetines, rótulos o títulos de bloque, según la terminología utilizada en distintas regiones del mundo.

Este proceso nos permite actualizar nuestros planos de entrega simplemente ajustando el modelo, lo que representa una gran ventaja en términos de ahorro de tiempo y reducción de trabajo. Todo esto, a su vez, se traduce en una disminución de costes. Sin embargo, ante estos avances, surge una pregunta inevitable: ¿por qué el CAD sigue siendo la base de muchos proyectos en un entorno BIM? Podemos responder a esta pregunta identificando dos factores clave: la resistencia al cambio y la falta de conocimiento sobre las ventajas de la metodología BIM.

La resistencia al cambio

 

Este factor se refleja en aquellos profesionales con años de experiencia en el sector que no consideran necesario adoptar nuevas tecnologías. Es común escuchar frases como: ‘Llevo 30 años haciéndolo así y hemos construido innumerables proyectos de esta manera’. Y, por supuesto, esta postura es totalmente respetable, ya que su experiencia y trayectoria respaldan su forma de trabajar ¿Pero por qué existe esta resistencia? En gran parte, esto puede estar relacionado con la manera en que se ha promovido BIM. A menudo se transmite la idea errónea de que para adoptar esta metodología es imprescindible aprender a modelar, cuando en realidad BIM abarca mucho más que el simple uso de herramientas de modelado. El alcance de la misma es tan amplio que se pueden coordinar equipos sin ser un experto en modelar, se deben tener conocimientos en gestión de incidencias y el manejo de equipos, pero no enfocarse en la técnica del modelado. De hecho, existen roles BIM claramente definidos, donde cada función está estructurada para garantizar un flujo de trabajo colaborativo y eficiente. Entonces, surge la pregunta: ¿Se tiene claro qué conocimientos se necesitan para trabajar con BIM?

La falta de conocimiento sobre lo que realmente ofrece la metodología BIM y CAD.

 

La falta de comprensión sobre cómo aplicar la metodología BIM y aprovechar sus beneficios ha llevado a que muchos profesionales sigan utilizando elementos en 2D para la gestión de proyectos. Esto nos lleva a una gran pregunta: ¿por qué seguimos generando planos en 2D para la construcción cuando ya disponemos de modelos 3D paramétricos? Esta es la cuestión a analizar. No se trata de afirmar que una forma de trabajar sea correcta y la otra no; más bien, es un tema interesante que merece reflexión.

Lo que sí podemos afirmar es que la evolución tecnológica nos ha demostrado una y otra vez que la innovación supera a los métodos tradicionales, y que aquellas empresas u organizaciones que no se adaptan, inevitablemente, quedan rezagadas. Un claro ejemplo de ello se observa en países como España, Colombia, Chile y Perú, donde los gobiernos han implementado normativas que exigen la incorporación de la metodología BIM en proyectos públicos. Como resultado, las empresas que no han integrado BIM en sus flujos de trabajo han quedado fuera de estas oportunidades, perdiendo competitividad en el sector.

Conclusión

 

Si analizamos la transición del dibujo a mano al trabajo en CAD, podríamos pensar que, en algún momento, la metodología BIM dejará de depender de los planos 2D. La pregunta clave es: ¿qué tiene que suceder para que dejemos de utilizar estos documentos como referencia? Y aún más, ¿cuándo podría ocurrir este cambio? Responder a estas cuestiones no es sencillo. Sin embargo, lo que sí es evidente es que actualmente contamos con tecnología que nos permite optimizar nuestros procesos diarios y que está al alcance de todos, la clave está en cómo nos preparamos para aprovecharla, quienes invierten en su formación y adquieren conocimientos especializados no solo optimizan su trabajo, sino que también se posicionan un paso adelante en un sector en constante evolución.

Autor: Fabian Vergel Equipo I+D y de EADIC BIM Consulting and solutions

Consulta la revista completa en el siguiente enlace. Revista Marzo 2025 

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