La tecnologa revoluciona cualquier sector en el que penetra, y la movilidad y los transportes no son ajenos a un nuevo paradigma en el que el Sistema Inteligente de Transporte es capaz de generar nuevas oportunidades para minimizar la accidentalidad y la congestión, a la vez que se maximiza la comodidad y la optimización de las decisiones de los usuarios.
El sistema de transporte se compone de redes de transporte (red viaria, red de transporte público, y red no mecanizada), de vehículos (turismos, camiones, bicicletas, autobuses, etc), y seres humanos que son los que interactúan con ambos.
La Comisión Europea estima que los Sistemas Inteligentes de Transporte (I.T.S) han sido capaces de reducir la emisión de CO2, los muertos en accidente y la congestión hasta en un 20%, 15%, y un 15% respectivamente.
El nuevo camino del Sistema Inteligente de Transporte se abre de mano del vehículo autónomo, también conocida por otros términos como el vehículo automatizado, la conducción sin manos, o conducción automática. En la siguiente tabla se reflejan las distintas fases de este desarrollo desde un vehículo sin automatización hasta un vehículo plenamente automatizado, y sus interacciones con el conductor.
España actualmente se ha situado como uno de los estandartes de la conducción autónoma allanando el camino para la realización de site-tests y ensayos múltiples.
Mientras tanto, el presente pasa por los vehículos conectados a la nube, desde la que se ofrece amplia información de: Tiempos de recorrido, incidentes, eventos meteorológicos adversos, horas de salida del viaje óptima, advertencia de presencia de usuarios vulnerables (ciclistas-peatones), advertencia de presencia de vehículos de grandes dimensiones, etc… en los que los propios vehículos han pasado a ser sensores.
Cada vehículo, y cada usuario ha pasado a ser un sensor y transmisor de información a los distintos operadores y centros de gestión de datos. En efecto, cada vehículo comunica su posición, su velocidad (se pueden generar mapas de calor en función de la velocidad media agregada de circulación vehicular y detectar incidentes por cambios bruscos de velocidad), su estado mecánico, así como la activación de distintos sistemas como el ABS o el ESP (alerta de la presencia de un peligro en una ubicación determinada), los limpiaparabrisas (alertan de la presencia de lluvia), el encendido del alumbrado antiniebla (alertan de presencia de niebla).
El paradigma en el que los accidentes de tráfico tenían como factor concurrente al FACTOR HUMANO en aproximadamente un 90% de los casos, tiende a reducirse al desaparecer progresivamente de la ecuación, al igual que ya lo hizo en el caso de la navegación aérea, de manera que serán los C-ITS (Sistemas Inteligentes de Transporte CONECTADOS) los que optimizarán el sistema de transporte (no solo el tráfico viario) con menor intervención humana.
Pedro Tomás Martínez, profesor del Máster Internacional en Tráfico, Transportes y Seguridad Vial