Cada vez hay más unanimidad en poner en prctica cualquier tipo de proceso industrial que no ponga en riesgo las capacidades del futuro para satisfacer nuestras actuales y futuras necesidades. De esta forma, la sostenibilidad ambiental se vuelve totalmente necesaria y los gobiernos de la mayoría de países están intentando promover medidas para que su implantación sea una realidad. En este punto todos aquellos profesionales en posesión de una maestria en ingenieria ambiental o una ingenieria civil ambiental, tienen que hacer todo lo posible para conseguir que los procesos llevados a cabo resulten lo menos perjudiciales posible.
La amenaza que supone el cambio climático y la contaminación en las ciudades, ha provocado también en la ciudadanía un mayor nivel de conciencia y preocupación por las consecuencias del trato que se le está dando al medio ambiente. Por un lado están los excesos que se le infringen y por otro la posibilidad de que éstos nos lleven a situaciones irreversibles.
La sostenibilidad de un proceso industrial se basa en 4 pilares fundamentales:
1-Gestión de los residuos producidos
Una buena gestión de los residuos es la que conduce a la no generación de residuos. Y que posibilite la generación de la mínima cantidad posible. La prevención y minimización de la producción de residuos es el objetivo principal a alcanzar. Esto es porque al minimizar la cantidad de residuos generados se reduce el impacto ambiental.
Aún así, resulta complicado evitar, completamente en el proceso de producción, los residuos. En este caso, se tienen que encontrar alternativas que permitan su reutilización. Así, se reducirá el consumo de algunas sustancias primas a la vez que se le da una salida eficiente a los residuos.
En el caso de no poder reutilizar los residuos que se generen, habría que intentar reciclarlos para que puedan ser de útiles en cualquier otra aplicación. Si todas estas opciones resultan fallidas, antes de la disposición final del residuo, es conveniente intentar recuperar toda la energía posible, mediante procesos tales como la gasificación, la pirólisis o la incineración.
2-Gestión del agua consumida
El agua también juega un papel importante a la hora de promover el desarrollo sostenible de un proceso industrial. Igual que en el caso de los residuos sólidos, la opción más satisfactoria pasa por no generar aguas residuales. Pero como esto no suele ser factible, entonces, será prioritario generar el mínimo volumen de aguas residuales. Por lo que se refiere a las aguas residuales producidas, la opción más sostenible consiste en un tratamiento exhaustivo que permita alcanzar una calidad suficiente como para que éstas sean reutilizadas. Recuperando el agua del efluente para su reutilización también se minimiza el consumo de agua externa al proceso. Actualmente el estado del arte de numerosas tecnologías hace realmente posible esta alternativa de gestión. Pero, si no se reutilizan sea cual sea el motivo, se deben someter necesariamente a un tratamiento que elimine los contaminantes, como paso previo a su descarga. Así, su vertido no producirá ningún tipo de impacto ambiental.
3-Gestión de emisiones gaseosas
El proceso industrial debe evitar cualquier situación que suponga la emisión de gases contaminantes a la atmósfera. La alternativa más sostenible, y a menudo más económica, es la modificación del proceso con la finalidad de evitar, o al menos reducir, la producción de gases contaminantes. No obstante, esta opción no es siempre viable.
Cuando no es posible evitar completamente la generación de gases contaminantes, se deben concentrar los esfuerzos en su tratamiento. Afortunadamente, existen técnicas muy competitivas que permiten convertir los gases contaminantes en gases inocuos.
4-Optimización del consumo energético
La sostenibilidad ambiental y la economía van estrechamente de la mano en cuanto al consumo de la energía. Todas las estrategias de optimización conducen al mismo objetivo, que no es otro que reducir tanto como sea posible el consumo neto de energía. Este objetivo global se puede alcanzar trabajando en aspectos diferentes. Por un lado, modificando los procesos que no sean eficientes desde el punto de vista energético e incluso sustituyéndolos por otros diseños más eficientes. Por otro lado, también se puede actuar a nivel de combinar los diferentes procesos que tienen lugar en la misma industria con la finalidad de aprovechar sinergias. La energía que hace falta disipar en un proceso, puede que sea de utilidad en otra operación donde sea preciso aportar energía.
También deben ser exploradas las opciones posibles de cogeneración, donde un residuo con suficiente poder calorífico o una fuente residual de energía pueden ser aprovechados para generar energía eléctrica. El funcionamiento de un sistema de cogeneración redunda en un menor consumo energético neto.
Entonces, la adopción de medidas que conlleven economizar recursos supondrán el incremento de la productividad del proceso industrial, además de hacerlo ambientalmente más sostenible. Asimismo, la legislación que la mayoría de gobiernos van aprobando va en la línea de fomentar que la opción más económica acabe resultando ser la más sostenible ambientalmente.
Fuente: blog.condorchem.com
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