Dado el avance de la sensibilidad por el cuidado del planeta y para frenar las causas del cambio climático, se está desarrollando un nuevo método de financiación de infraestructuras denominada “Bonos Verdes”.
Al pasar los años, numerosos estudios han analizado los efectos que tienen los problemas medioambientales y de cambio climático sobre la economía y el bienestar de los habitantes del mundo en general. Esto ha obligado, de cierta forma, al sector público y privado a promover y generar alternativas que sobrelleven dichos efectos. Por esto, iniciativas como el Acuerdo de Paris, en el marco de la Convención contra el Cambio Climático de la ONU, ha permitido que diferentes actores de la sociedad a nivel mundial se involucren de manera activa en el desarrollo de alternativas que apunten al desarrollo sostenible.
ILUSTRACION I. CAMBIO CLIMATICO EN LA ECONOMIA
FUENTE: ANONIMA.
Dentro de estas iniciativas, el financiamiento climático, es decir, el conjunto de recursos financieros que se movilizan para ejecutar acciones de mitigación y adaptación al cambio climático, se convierte en una herramienta primordial para hacer posible la transición hacia economías bajas en huella de carbono y resilientes frente a cambios abruptos en las condiciones climáticas (Comité de Gestión Financiera del Sisclima, 2017).
En este escenario, uno de los principales instrumentos que ha permitido la movilización de recursos que buscan luchar contra el cambio climático y afectaciones negativas al ambiente son los Bonos Verdes.
Los Bonos Verdes son una forma de deuda emitida por entidades públicas o privadas que suponen un nuevo instrumento financiero, basado en la emisión de bonos que permitan la financiación de infraestructuras en el largo plazo, con tipos menores de interés que los habituales en el mercado.
ILUSTRACION II. FINANCIACION DE PROYECTOS VERDES.
FUENTE: ANONIMA.
Las empresas adoptan esta financiación para proyectos elegibles, principalmente relacionados con la adaptación al cambio climático: energías renovables, eficiencia energética, gestión de residuos sostenible, transporte limpio, conservación de la biodiversidad, gestión del agua, etc.
Las dos iniciativas o estándares más importantes en la actualidad son:
- Green Bonds Principles: son directrices voluntarias para la emisión de green bonds. Aprobados por 50 grandes emisores, aseguradores e inversores, estos establecen criterios de divulgación y hacia dónde pueden ser canalizados. Un consultor externo puede dar una segunda opinión sobre la estructura de los bonos y de los proyectos financiados.
- Climate Bond Initiative: propuso la norma de bonos climáticos (Climate Bonds Standard). La organización proporciona un modelo que abarca la energía eólica y la solar, así como edificios de bajo consumo energético y medios de transporte. Además, hace obligatorias las auditorías realizadas por profesionales independientes.
El éxito de un bono verde desde una perspectiva de sostenibilidad, independientemente del tipo que sea, radica en asegurar que los recursos obtenidos por medio de este instrumento, efectivamente, se destinen a proyectos que produzcan los impactos ambientales prometidos al inversor. Por este motivo se han creado algunos estándares en el mercado que buscan dar lineamientos sobre la forma correcta de identificar y reportar de transparente y adecuadamente los resultados de un proyecto verde, con el fin de dar confianza a los inversores en estos bonos.
Algunos de los principales estándares son los Green Climate Bonds y el Climate Bonds Standard.
Desarrollados por la International Capital Market Association (ICMA), los Green Bonds Principles (GBP) son una guía y un estándar que buscan la transparencia y divulgación de la información relacionada con la emisión de bonos verdes, sustentada en cuatro pilares, a saber:
- Uso de los fondos: los GBP buscan asegurar que los proyectos en los que se invierten los recursos sean verdes, con el objetivo de guiar a los inversores hacia proyectos que, efectivamente, aporten de forma positiva al medio ambiente (Gráfico 1). Para esto, se reconocen algunas categorías que el mismo estándar describe como genéricas en cuanto a proyectos verdes, pero aclara que no abarca todos los proyectos que pueden tener esta etiqueta, ya que desde que un proyecto genere beneficios ambientales claros, evaluables y cuantificables, se puede etiquetar como verde.
- Proceso para la evaluación y selección de proyectos: en esta sección se proponen algunos lineamientos para que el emisor de un bono entregue a sus inversores información sobre cómo seleccionó los proyectos que serán financiados (criterios y metodología empleada), y cuáles son los objetivos o metas de dichos proyectos.
- Gestión de los fondos: aquí se dan algunos lineamientos para el correcto manejo, por parte del emisor, de los fondos obtenidos. Entre ellos se incluye complementar el ejercicio con la participación de un auditor o una tercera parte que verifique los procesos internos que permiten la asignación y el uso de los recursos.
- Presentación de informes: esta es una parte fundamental de los GBP, puesto que anualmente se debe realizar un reporte sobre el uso y destinación que se le ha dado a los recursos obtenidos mediante los bonos. Debe advertirse que la periodicidad puede ser menor en caso de que un hecho extraordinario lo requiera. Estos informes deben ser muy completos y contar con una serie de indicadores e información que le permita al inversor entender el uso que se le dio a sus recursos y el impacto ambiental generado o esperado.
El modelo selecciona aquellos proyectos que son elegibles para la financiación, circunscribiéndola exclusivamente a proyectos de infraestructura que respeten el medio ambiente. Así, se aplica el principio de economía sostenible, ya que estos deben mejorar las condiciones de vida de la comunidad, a nivel social, económico y medioambiental.
Tanto para el emisor como para el inversionista existen importantes beneficios, pero el impacto ambiental y social siempre debe estar por encima de los beneficios individuales, entre los cuales se encuentra:
- La diversificación de inversionistas.
- El diálogo más estrecho con los inversionistas.
- La creación de un mercado que permita la financiación de proyectos sostenibles.
Para poder optar a la financiación vía Bonos Verdes el promotor debe evidenciar, en su proyecto, los Objetivos de Desarrollo Sostenible que busca y las mejoras que implica de una forma completa. Los ODS definidos en cumbre de las Naciones Unidas de 2015 (con objetivo al 2030) abarcan 17 áreas, que se pueden resumir en cambio climtico, desigualdad económica, innovación, consumo sostenible, paz y justicia.
Esto implica que los estudios de ingeniería que acompañan al proyecto de infraestructura deben complementarse con todo tipo de análisis socioeconómicos y medioambientales, como por ejemplo el Análisis Coste Beneficio Social.
Nos encontramos por tanto ante una nueva dimensión en el desarrollo de obras de infraestructura: se requieren profesionales con conocimientos suficientes para hacer frente a los nuevos retos, ya que los instrumentos financieros determinan, en muchos casos, la factibilidad de un proyecto (a través de su viabilidad económica). En este ambiente, acceder a una financiación más barata puede ser la clave del éxito de nuestro proyecto.
Referencias:
https://www.bbva.com/es/bonos-verdes-que-son-que-financian/
https://www.ennaranja.com/economia-facil/que-son-los-bonos-verdes/
https://www.grupobancolombia.com/wps/portal/acerca-de/informacion-corporativa/sostenibilidad/actualidad-sostenible/bonos-verdes-una-forma-de-financiar-proyectos-sostenibles
https://www.asobancaria.com/wp-content/uploads/1158.pdf
Autor: Roberto Camilo García. Docente del Máster en MBA en Dirección de Empresas y Gerencia de Proyectos de Ingeniería y Construcción de EADIC