En nuestro país cabe destacar la ocupación del suelo por parte del sistema de transporte, principalmente copado por el tráfico privado.
Es importante destacar el concepto de eficiencia espacial asociado al transporte, especialmente relevante en casos de recurso espacio escaso, como son los entornos urbanos.
Baste como referencia que un carril en una vía urbana (tipo avenida, con preferencia de paso), difícilmente supera los 1.200 veh/hora y ocupa una franja de en torno a 3 metros por carril. Si consideramos una venida con 3 carriles por sentido, podemos estimar su capacidad de transporte en 7.000 veh/h, que transformado en personas puede ser poco más de 8.000, en una franja de 18 m de anchura.
Pensemos ahora en un carril-bus (completamente segregado del resto de tráficos), por el que circule por ejemplo un autobús cada 2 minutos. Contando con una capacidad media por vehículo de unos 90 viajeros y considerando ida y vuelta (dos carriles), podríamos llegar a desplazar 5.000 viajeros en una franja de 7 metros.
La comparativa lleva al extremo este efecto, cuando se compara con un medio de alta capacidad como el ferrocarril (por extensión metro, tranvía…)
En una sección de doble vía, que puede ocupar una franja de 8-9 metros de ancho, pueden llegar a transportarse (con frecuencias de 2 minutos y capacidades de más de 1000 viajeros por convoy), entre 60.000 y 100.000 viajeros por hora.
El siguiente esquema ilustra lo explicado:
Debemos destacar de este cuadro la consideración del “transporte peatonal” como muy eficiente desde el punto de vista espacial, que nos ilustra al respecto de su enorme “capacidad”, teniendo muy en cuenta que para distancias cortas este medio tiene escasa o nula competencia.
Dotación de Accesibilidad
El problema de la eficiencia espacial y el consumo de espacio por el transporte en las ciudades, es en definitiva una derivada de una forma de gestionar la movilidad.
La función principal del transporte en la ciudad, entendiendo como tal tanto la infraestructura (para vehículos o viandantes) como los servicios públicos, es dotar de accesibilidad a todos los puntos de la misma, permitiendo conectarlos entre sí y satisfacer la necesidad de relaciones entre diversos puntos, que conforman la actividad diaria y base del desarrollo de un entorno urbano.
Creación de Ciudad
La evolución de una ciudad a lo largo del tiempo, bien puede explicarse en gran parte por su sistema de transporte.
Existe una relación clara entre la creación de nuevas zonas residenciales o nuevos equipamientos de atracción de viajes y la dotación de accesibilidad, pero debemos comprender también que este efecto se produce igualmente a la inversa: La creación de un nuevo vial, de una nueva estación de ferrocarril, de una parada de un potente sistema de transporte público, generan actividad y en definitiva, atrae la LOCALIZACIÓN de áreas residenciales o de equipamientos a su alrededor.
Así pues, la relación transporte – localización de actividades es biunívoca.
No puede haber planificación territorial sin planificación de la movilidad, ni puede haber planificación de la movilidad sin planificación territorial. La infraestructura de transporte genera una demanda de urbanización, la urbanización genera una demanda de transporte.
Merece la pena que observemos, a través de Google-Earth o Google Maps de la morfología urbana de cualquier localidad, y estudiar cómo ésta está muy condicionada por su estructura viaria o por terminales vinculadas al sector transporte.
No es desde luego el único factor explicativo de la morfología (el relieve, su historia, la defensa, sus actividades económicas…también han influido), pero sí se puede ver el enorme peso de la componente transporte en su desarrollo. El crecimiento de la ciudad en torno a grandes ejes de transporte de la misma tiene buena parte de responsabilidad en este efecto.
Transporte y Energía
En este punto debemos tener claros dos aspectos:
• En primer lugar, España es un país con dependencia energética del exterior. En la parte vinculada al transporte, lo más consumido son derivados del petróleo, de los cuales la producción es ínfima.
• La energía consumida por el sector transporte tiene un importante peso con respecto al total. En España, en torno al 40% de la energía consumida corresponde al sector transporte, buena parte de la cual corresponde al transporte por carretera
Además podemos comprobar como la tendencia general de consumo de energía vinculada al sector transporte presenta una tendencia creciente en los últimos 30-40 años, principalmente debido a:
• Incremento población
• Incremento actividad económica
• Mayor disponibilidad de vehículo privado
• Globalización
• Mayor distancia de viajes (por dispersión en la localización de actividades)
Sólo la actual crisis económica, ha derivado en una cierta reducción en el consumo, asociada directamente a un descenso generalizado del volumen de tráfico.
La densidad de población tiene una enorme influencia en el consumo energético vinculado al sector transporte (principalmente productos derivados del petróleo).
El gráfico refleja claramente dos modelos extremos de organización territorial: El modelo americano (extensivo) y el asiático (compacto, de alta densidad), con su clara influencia en el consumo energético.
Efectivamente, aquellos modelos urbanos extensivos generan viajes de mayor longitud, que además son altamente dependientes del vehículo privado, lo que deriva en un mayor consumo de energía (y de espacio).
En el extremo opuesto, un modelo de urbanización de alta densidad, reduce las distancias de los viajes, al tiempo que favorece la implantación de sistemas de transporte público (los cuales, por definición, necesitan de un importante volumen de personas en torno a sus terminales).
En el siguiente post sobre Transporte veremos otros temas relacionados con Transporte y medio ambiente, Movilidad sostenible, Planes de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) e Influencia de un PMUS en el transporte público.
Este artículo es un fragmento de uno de los temas de nuestro nuevo curso sobre Explotación Eficiente en Sistemas de Transporte Público Urbano de Viajeros…