Leticia Lojo, profesora del Curso de Mantenimiento, Auscultación y Rehabilitación de puentes nos escribe este post sobre el mantenimiento de este tipo de estructuras.
Se puede afirmar sin ningún tipo de duda que los «PUENTES«, entendiéndose como tal cualquier obra de paso necesaria para cruzar un cauce natural o artificial que contenga o no agua, e independientemente de la luz a salvar, permite dar la continuidad necesaria a una determinada senda, vereda, camino, carretera…, de la cual forma parte esencial e imprescindible para posibilitar la comunicación entre dos o más lugares geográficamente distantes entre sí.
Teniendo en cuenta esta definición básica y genérica se desprende que en el inicio y concepción de un puente su función principal es posibilitar la comunicación, y por tanto la vertebración del territorio que conlleva.
Dentro de los puentes se pueden considerar gran variedad de tipologías en función de luces a salvar, del tipo de material predominante…, y otra serie de características citadas y explicadas con todo lujo de detalles en el presente curso que nos ocupa.
También es notoriamente importante que algunos de los «PUENTES» debido a su situación estratégica, su utilización a lo largo de la historia y a otro sinfín de detalles, representan además de un elemento imprescindible, un emblema ineludible del lugar donde están emplazados, convirtiéndose en reclamo de foráneos y en seña de identidad de los habitantes de la zona, y que al mismo tiempo merecen en algunos casos la calificación de patrimonio histórico.
Como claro ejemplo se puede citar entre otros al Puente colgante de Amposta sobre el río Ebro» el cual, sin adentrarnos en su historia, representa por antonomasia el emblema de la ciudad de Amposta (Tarragona), siendo considerada como una de las obras maestras de la ingeniería civil española. Fue concebida por uno de nuestros más célebres ingenieros de caminos, José Eugenio de Ribera y Dutaste.
Por otra parte también se podrían nombrar numerosas estructuras distribuidas por la geografía nacional y mundial, que no son reseñables por su belleza o por presentar características especiales, pero sin embargo cumplen la función esencial para la que han sido diseñadas. Como ejemplo se podría citar el viaducto de» Villarta de los Montes», situado en una carretera provincial de la Siberia extremeña, que salva el embalse de Cijara y sin el cual no habría sido posible la comunicación terrestre entre dos poblaciones cercanas. Dos décadas después de la construcción del mismo se crea un nuevo viaducto, el de «Helechosa de los Montes», concebido con la finalidad de conectar otras dos poblaciones diferentes, pero que a su vez da servicio alternativo a la comunicación terrestre entre las dos poblaciones iniciales, aunque a costa de multiplicar por cinco la distancia existente entre ambas, en contraposición al itinerario primitivo logrado con la creación del viaducto de «Villarta de los Montes», Queda de este modo patente la importancia real que esta estructura representó en la vertebración del territorio de esta zona de la Siberia extremeña, no solo en su concepción original sino también actualmente.
Dicho todo esto, se pone de manifiesto que todo «PUENTE» independientemente de su singularidad y de que pueda poseer o NO características especiales, es igualmente importante en cuanto a lo que se refiere a su función esencial, «LA COMUNICACIÓN TERRESTRE DE LOS SERES HUMANOS».
Por tanto y para conseguir que todos los «PUENTES» cumplan su función esencial, es lógico, claro y evidente que «se deben conservar en un estado que lo permita«, a través del «MANTENIMIENTO, AUSCULTACIÓN Y REHABILITACIÓN». Por todo esto queda patente que el contenido del curso que nos ocupa, constituye una formación básica y al mismo tiempo fundamental para todo profesional del sector que quiera dedicarse y profundizar en este campo pujante y tremendamente necesario de la ingeniería civil.